sábado, 10 de enero de 2009

Los Recuerdos

Navegaba en una pequeña barca de madera en la que no habia nadie mas. El mar estaba en calma y tenia una tonalidad violacea que me hizo mirarlo constantemente; pero, aparte de mi reflejo, no vi nada mas. Era curioso, no me veia joven, sino viejo, arrugado y con el pelo blanco y brillante. Alrededor de la barca no habia nada, solo ese extraño y silencioso mar oscuro. El cielo estaba raso; no era de dia, pero tampoco de noche. Habia una misteriosa claridad que lo bañaba todo, pero no se veia ni un Sol ni una Luna que aclarase que momento del dia era. Aunque me parecia mas un crepusculo que un alba. La barquita apenas se movia. La calma era total. Derepente me fijé en mi y me vi desnudo. No llevaba nada encima y mi cuerpo tambien era muy viejo. Me puse en pie y grité "socorro". Parecia que no hubiese nada en aquel mar. Mas bien parecia una gran boca negra que engullia mis llamadas. Los gritos apenas recorrian unos metros, se precipitaban hacia esa sima de oscuridad y desaparecian. Estaba nervioso, muy agitado, pero ni sudaba ni me temblaban las manos. Me senté y me tomé el pulso: ¡no habia! Al instante presioné ambas manos contra mi pecho intentando sentir los latidos del corazón. Sospeche que serian viejos y debiles, pero tampoco los oí. Entonces me percaté de que mi piel estaba blanca y fría, y me abalancé contra el agua para ver mi reflejo. Sentí frío en la mirada que me respondió. Me quedé quieto, con la cara frente al agua, reflejado en aquel lugar atemporal. De repente vislumbré el reflejo de otro rostro. Me giré inmediatamente pero no había nadie conmigo. Sin embargo el rostro me miraba desde el mar...Me observaba estático, sin moverse, sin expresión, sin hablar. Era el reflejo de un anciano arrugado de ojos grandes y pelo largo plateado. Parecia un pirata de antaño. En aquel momento vi otro reflejo pasar unpoco mas arriba y otro par un poco mas allá. Desaparecieron. Entonces comprendí, aquel mar era algo asi como la antesala del mas allá, de la muerte. Y ese mar oscuro, la morada de las animas que esperan su paso a otro lugar, al eterno reposo. ¿Estás asustado? me preguntó aquel reflejo desde el agua. Su voz sonaba casi metálica. Cai de espaldas en la barca. Pero reaccioné con rapidez, era mi oportunidad de saber que hacia yo alli. ¿Que me ocurre? le pregunté mirándolo a los ojos vacios. Este es el mar del desamor, donde vienen las almas queno han sabido, no han podido o no han querido amar. Te estabamos esperando. Solo tienes que saltar y quedarás aqui atrapado con nosotros para siempre, reducido al reflejo de lo que pudo haber sido y no fue por tu culpa. Salta...., es tu hora, el tiempo no perdona. No...Tomaste una decision, tuviste tu tiempo, se consumió, perdiste, ¡salta! De nuevo caí de espaldas a la barca. Me palpé el pecho, no latía. ¡No siento mi corazón! exclamé asustado. ¿Qué es lo que pasa?¡No me late!¿Porqué no puedo sentirlo? le pregunté al reflejo. No te late, y no lo sientes por eso, porque le diste ilusión, le ofreciste un futuro y después se lo negaste, le arrebataste su destino, el tuyo. Por eso se murió y se extinguió de tu cuerpo. Tu elección fue tu billete hacia aqui..... Ahora no hay marcha atrás, acepta la última consecuencia de tus actos, salta. Negué con la cabeza. El reflejo gritó de nuevo: ¡Salta!, y volvi a negarme. Entonces, cientos de reflejos como aquél y como el mío, rodearon la barca. Todos me gritaban "¡Salta!". Todos ellos estaban vacios de expresión. Se fueron acercando mas y mas, eran miles, cientos de miles. Toda la superficie del violáceo mar era reflejos, como un desierto formado por granitos de arena, todos iguales pero diferentes. Sus voces se hicieron una y me atormentaban los oídos "¡Salta!¡Salta!¡Salta!". Me los tapé y me encogí en el fondo de la barca. Derepente, ésta empezó a tambalearse, ladeándose cada vez más: me estaban tirando. Grité tu nombre cayendo al suelo de mi compartimento del tren, que pasaba por un puente antiguo y se balanceaba. Estaba empapado en sudor, me puse en pie y de nuevo comenzaron a pasar tus recuerdos frente a mis ojos...